-Alberich... levántate... Abre tus ojos y date cuenta. Caíste en el juego y tienes las de perder.
-... ¿Qué? ...
-Temía que esto sucediera, pero fuiste cegado...
-¿Cegado?...
-Perdiste la noción...
- La noción... noción de ¿qué?
-El miedo te consume, la tristeza brilla en tus ojos.
-En verdad, no sé de qué hablas.
-Yo soy la luz en la oscuridad, vine a levantarte y a no dejar que te consumas.
-¿A no dejar que me consuma?...
En ese momento abrí los ojos, desperté como en un sueño, del frío a lo estático...
Mis ventanas estaban abiertas... La nieve blanca destellaba, puse mis pies en el suelo frío, me asomé por la ventana y decidí dejar atrás lo sucedido. Si bien, aún no supero lo de Eleana pero estaré bien.
Puse a calentar café, es la primera vez en meses que me levanto temprano, son las 9:30 de la mañana.Tenía mi taza en la mano, tomé un sorbo de café...
-Contempla la luz ante tus ojos.
Me sobresalté, miré hacia atrás y estaba él. Un joven cálido de cabellera rubia larga, ojos azules, era una mirada tan reconfortante.
-¿Qué hay de tu deseo de vivir Alberich?
-¿Qué...?
-Sé que lo has perdido, sé también que hay oscuridad en tu inocencia.
-¿Quién eres?
-Ya te expliqué... soy la luz en la oscuridad, no te engañes.
-Mi deseo de vivir... aun respiro, hago lo que me gusta y lo que sueño.
-¿A eso llamas vivir? Sigues una rutina exhaustiva de cansancio y dolor, tus ojos reflejan más tristeza de lo que la luna cree saber de ti.
-Hay personas que creen en el suicidio, que deciden terminarlo todo, que piensan en salir de el dolor mediante la muerte, ¿por qué no les preguntas a esas personas qué hay de su deseo de vivir y me dejas en paz a mi?
-Esas son personas que hacen crecer la desdicha en ellos mismos, que se han entregado a un antifaz, y muestran lo que no son, por eso son miserables, no creen en la fe y la esperanza.
-¿Qué ha hecho la fe y la esperanza por la humanidad? ¡Nada! ¡Sólo provocan falsas ilusiones en la gente, creyendo en un bienestar que no llegará!
-Oh... Alberich, la fe y la esperanza no es creer en un destino que uno mismo debe forjar, la fe y la esperanza son más de lo que ves, significa salir por ti mismo y creer en lo que eres capaz de hacer... y por lo que tus ojos me cuentan, además de que te han visto llorar, es que tu ya no crees en nada, menos en ti mismo.
-¿Y por qué habría de? ¡Todo es una mentira, todo es falso, todo es efímero, aún la misma vida! ¿Qué deseo de vivir puedo tener si sé que todo llegará a su fin y que quedaré en el olvido y en lo más recóndito de un recuerdo de alguien que ahora sé que no me ama.
-¿Sabes que no te ama, sólo porque se alejó de ti para protegerte?
-Espera... ¿La conoces?
-La conozco más de lo que yo quisiera.
-¿De dónde, cómo puede ser?
-Ella no te iba a llevar a ningún lado más que a la oscuridad...
-¡Cállate!
-Esta bien, sólo piensa lo que te he dicho...
En ese momento el salió de mi recámara, dirigiéndose a la puerta.
-¡Espera! ¿Cuál es tu nombre?
-Eon... volveré cuando sepa que has analizado todo lo que te he dicho.
-Eon...
Se fue, empecé a llorar, ¿será cierto que Eleana se fue para protegerme? ¿Protegerme de qué?
Me acosté... dormí hasta la noche, me levanté, subí a la azotea a contemplar a la luna y a platicar con ella.
¿Qué estará pasando Eleana ahorita?
Prendí un cigarro, mientras pensaba en todo lo que Eon me había dicho...
-La luna, brillante compañera y refugio, en ella encuentras alivio. ¿No es así?
Miré hacia atrás Eon estaba sentado con una sonrisa y un tulipán en su mano.
-Es verdad... ella nunca me falla, brilla todas las noches.
-La luna oculta muchos secretos...
-¿Si?¿Cómo cuales?
-Dime Alberich... ¿Alguna vez viste la cara de Eleana que no fuera bajo la luz de la luna?
-Si...
-¿No deslumbraba tanto verdad?
-Era más opaca, su mirada era temerosa.
-Dime... ¿Alguna vez la viste frente al sol?
-No, nunca estábamos a oscuras todo el tiempo.
-Es verdad, ella no tolera la luz.
-¿A qué quieres llegar con todo esto Eon?
-Mira, te traje un tulipán, es difícil que crezcan con el frío... pero este creció para ti, lo encontré frente a tu edificio, nadie más parece haberlo visto. Lo curioso es que junto a el no había ningún signo de vegetación... es extraño encontrar una flor tan bella a mitad del invierno.
-Y eso significa...
-La luz dentro de ti aún quiere brillar y el tulipán es una muestra de ello. Toma buen cuidado de él...
Tomé la flor, la contemplé... Volví a mirar hacia Eon, pero ya se había ido... Me espantó, ¿dónde podría estar? ¡Estamos en una azotea!
Corrí y me asomé hacia abajo pero no había nadie. Desapareció... ¡Diablos! Estoy alucinando...
Bajé, puse el tulipán en un florero que mi madre me dio en una visita, puse un poco de agua y lo puse en un lugar cálido. Decidí irme a dormir.
Dormí, desperté, no me levanté hasta que anocheció, me levanté y me quedé anonadado...
El tulipán estaba marchito... y una docena de dalias negras estaban a su alrededor.
-... ¿Qué? ...
-Temía que esto sucediera, pero fuiste cegado...
-¿Cegado?...
-Perdiste la noción...
- La noción... noción de ¿qué?
-El miedo te consume, la tristeza brilla en tus ojos.
-En verdad, no sé de qué hablas.
-Yo soy la luz en la oscuridad, vine a levantarte y a no dejar que te consumas.
-¿A no dejar que me consuma?...
En ese momento abrí los ojos, desperté como en un sueño, del frío a lo estático...
Mis ventanas estaban abiertas... La nieve blanca destellaba, puse mis pies en el suelo frío, me asomé por la ventana y decidí dejar atrás lo sucedido. Si bien, aún no supero lo de Eleana pero estaré bien.
Puse a calentar café, es la primera vez en meses que me levanto temprano, son las 9:30 de la mañana.Tenía mi taza en la mano, tomé un sorbo de café...
-Contempla la luz ante tus ojos.
Me sobresalté, miré hacia atrás y estaba él. Un joven cálido de cabellera rubia larga, ojos azules, era una mirada tan reconfortante.
-¿Qué hay de tu deseo de vivir Alberich?
-¿Qué...?
-Sé que lo has perdido, sé también que hay oscuridad en tu inocencia.
-¿Quién eres?
-Ya te expliqué... soy la luz en la oscuridad, no te engañes.
-Mi deseo de vivir... aun respiro, hago lo que me gusta y lo que sueño.
-¿A eso llamas vivir? Sigues una rutina exhaustiva de cansancio y dolor, tus ojos reflejan más tristeza de lo que la luna cree saber de ti.
-Hay personas que creen en el suicidio, que deciden terminarlo todo, que piensan en salir de el dolor mediante la muerte, ¿por qué no les preguntas a esas personas qué hay de su deseo de vivir y me dejas en paz a mi?
-Esas son personas que hacen crecer la desdicha en ellos mismos, que se han entregado a un antifaz, y muestran lo que no son, por eso son miserables, no creen en la fe y la esperanza.
-¿Qué ha hecho la fe y la esperanza por la humanidad? ¡Nada! ¡Sólo provocan falsas ilusiones en la gente, creyendo en un bienestar que no llegará!
-Oh... Alberich, la fe y la esperanza no es creer en un destino que uno mismo debe forjar, la fe y la esperanza son más de lo que ves, significa salir por ti mismo y creer en lo que eres capaz de hacer... y por lo que tus ojos me cuentan, además de que te han visto llorar, es que tu ya no crees en nada, menos en ti mismo.
-¿Y por qué habría de? ¡Todo es una mentira, todo es falso, todo es efímero, aún la misma vida! ¿Qué deseo de vivir puedo tener si sé que todo llegará a su fin y que quedaré en el olvido y en lo más recóndito de un recuerdo de alguien que ahora sé que no me ama.
-¿Sabes que no te ama, sólo porque se alejó de ti para protegerte?
-Espera... ¿La conoces?
-La conozco más de lo que yo quisiera.
-¿De dónde, cómo puede ser?
-Ella no te iba a llevar a ningún lado más que a la oscuridad...
-¡Cállate!
-Esta bien, sólo piensa lo que te he dicho...
En ese momento el salió de mi recámara, dirigiéndose a la puerta.
-¡Espera! ¿Cuál es tu nombre?
-Eon... volveré cuando sepa que has analizado todo lo que te he dicho.
-Eon...
Se fue, empecé a llorar, ¿será cierto que Eleana se fue para protegerme? ¿Protegerme de qué?
Me acosté... dormí hasta la noche, me levanté, subí a la azotea a contemplar a la luna y a platicar con ella.
¿Qué estará pasando Eleana ahorita?
Prendí un cigarro, mientras pensaba en todo lo que Eon me había dicho...
-La luna, brillante compañera y refugio, en ella encuentras alivio. ¿No es así?
Miré hacia atrás Eon estaba sentado con una sonrisa y un tulipán en su mano.
-Es verdad... ella nunca me falla, brilla todas las noches.
-La luna oculta muchos secretos...
-¿Si?¿Cómo cuales?
-Dime Alberich... ¿Alguna vez viste la cara de Eleana que no fuera bajo la luz de la luna?
-Si...
-¿No deslumbraba tanto verdad?
-Era más opaca, su mirada era temerosa.
-Dime... ¿Alguna vez la viste frente al sol?
-No, nunca estábamos a oscuras todo el tiempo.
-Es verdad, ella no tolera la luz.
-¿A qué quieres llegar con todo esto Eon?
-Mira, te traje un tulipán, es difícil que crezcan con el frío... pero este creció para ti, lo encontré frente a tu edificio, nadie más parece haberlo visto. Lo curioso es que junto a el no había ningún signo de vegetación... es extraño encontrar una flor tan bella a mitad del invierno.
-Y eso significa...
-La luz dentro de ti aún quiere brillar y el tulipán es una muestra de ello. Toma buen cuidado de él...
Tomé la flor, la contemplé... Volví a mirar hacia Eon, pero ya se había ido... Me espantó, ¿dónde podría estar? ¡Estamos en una azotea!
Corrí y me asomé hacia abajo pero no había nadie. Desapareció... ¡Diablos! Estoy alucinando...
Bajé, puse el tulipán en un florero que mi madre me dio en una visita, puse un poco de agua y lo puse en un lugar cálido. Decidí irme a dormir.
Dormí, desperté, no me levanté hasta que anocheció, me levanté y me quedé anonadado...
El tulipán estaba marchito... y una docena de dalias negras estaban a su alrededor.
1 comentario:
Dark light
Come shine in her lost heart tonight
And blind
All fears that haunt her with your smile...
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