El blanco invierno, o... ¿Tal ves gris? En realidad, sólo lo veo en las noches, mientras es de día me cuesta salir de la cama. Espero las noches con ansia, para verla brillar, salir al frío, abrigado con mi chamarra y mis guantes sin dedos, a fumar y contemplarla.
Mientras el viento sopla y hace marañas en mi cabello, la contemplo y le cuento, creo que ella lo sabe todo de mi, pues es verdad que es a la única a la que se le pueden confiar secretos.
La única capaz de responderme.
-¿Quién es ella?
-¿Por qué no la puedo sacar de mi cabeza?
-¿Qué demonios me....
En ese momento alguien se sentó junto a mi estaba en un escalón del pórtico del edificio junto al que yo vivo.
La miré... pero esta vez no me sorprendió verla.
-Eleana, ¿Quién eres?
-Soy la luz en la oscuridad... o la oscuridad en la luz.
Me tomó de la mano... su mano estaba helada, pero sus ojos eran cálidos y me miraba con ternura, esta vez sus ojos grises tan particulares brillaban, pero ya no eran grises, eran azules, aún así... eran tan atrayentes.
Platicábamos, reíamos, como si el tiempo no existiera. Por fin supe quien era ella, pero seguía manteniendo ese misterio tan atractivo, subimos a mi hogar, platicamos más, reímos, nos abrasábamos, la sentía, me sentía.
-No te vayas.
-No me iré.
-En verdad es bueno que estés aquí.
-Promete que no me dejarás.
"Promete que no me dejarás" no esperaba hacer una promesa tan pronto, pero estaba muy feliz, por fin estaba con ella.
Accedí e hice la promesa.
No hacíamos nada, dormíamos, reíamos, manteníamos mi recámara oscura y tibia. Era nuestro rincón donde compartíamos, deseos y promesas, recuerdos y sueños, amor y sensualidad.
"Es extraño, pero estoy enamorado."
Pasaron así días, noches, semanas.
Desperté hoy, Eleana no estaba... eran las 3:25 de la tarde. Supuse que estaría en algún lugar del departamento, pero no.
Llegó la noche, Eleana aún no aparece. Salí a fumar, un poco angustiado y miré a la luna, pude sentir su tristeza... o tal vez era la mía.
Estaba sentado en el pórtico donde suelo sentarme a fumar, pasó alguien, vestido totalmente de negro, con el gorro de su sudadera tapándole la cabeza... y la capucha hacía sombra en sus ojos...
"Aléjate de ella." dijo su voz femenina y me dio una sobre. Miré el sobre y cuando regresé la mirada ella ya no estaba.
Abrí el sobre, nervioso y temblando.
"Es verdad, la oscuridad atrae y te retiene, en este caso, soy yo la oscuridad en tu luz y se esta apagando.
Perdóname, pero no regresaré.
Te Amo.
E"
Me quedé frío... ¿Qué quería decir? ¿Qué demonios me... Empecé a llorar, caí al suelo, miré a la luna... y noté que lloraba...
-¡Le hice una promesa!
-¿¡Qué hago!?
-¡No me dejes!
-¡Vuelve!
El viento respondió con un susurro:
"Olvídala"
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