El Tiempo sigue pasando... Aún no sé nada de Eleana... Es tanta mi tristeza que se ha convertido en miedo, el miedo juega y me destroza y se termina convirtiendo en odio.
La luna brilla muy poco esta deprimida... El viento sopla... y solloza y sus lamentos son tan lastimeros...
El frío hace que sentir sea más difícil, la última nota que recibí de ella, no la comprendo, ¿A que se refería con que ella era la oscuridad y mi luz se apagaba? Le doy vueltas al asunto y no logro figurarlo, todo era perfecto.
¡¿Qué pasó?!
Salí a fumar, la noche ya esta puesta, y ataca con el viento y el frío, la nieve comienza a caer, veo pasar gente con espíritu de alegría y unidad. Demonios creo que es esa maldita noche del año. Aún es temprano 9:30 p.m... Subí, las ventanas estaban abiertas, y ella sentada en el comedor.
La vi, ella estaba de espaldas, no hice ningún sonido aunque supongo que mi gesto fue de sorpresa y alivio.
Estaba cabizbaja, la escena era sombría, su cabello cubría su cara, me senté frente a ella.
no podía ver sus ojos... tras un suspiro vi caer una lágrima.
- ¿Qué pasa?
- No debería estar aquí, tengo prohibido verte de nuevo.
- ¿Por qué, quién lo prohibe?
- Es sólo que si estoy contigo corres peligro-
- ¿Peligro de qué?
- Peligro de perderte en mi oscuridad... verás... yo soy...
La rompe corazones, coleccionista de ilusiones, coleccionista de amores, muerta por dentro, mis disculpas no me había presentado debidamente.
Deberías sentirte contento de que no sabes lo que es este sentimiento, es como estar atrapado 6 metros bajo tierra, sólo asfixiándote. Yo puedo ver, pero nadie me ve a mi.
Gritando desde esta prisión donde me encerré, lamento que sigo respirado y que volveré a....
La soledad es demasiado para mí, el olor, la atracción y el deseo de la piel me mantienen viva.
El miedo al romance.
El gozo de la pena.
El dolor de vivir.
La fuerza para no perdonarme.
El temor a mi propia oscuridad.
Dios no me pudo ayudar, en mis sueños los lobos me perseguían y me comían, se alimentaban de mis sueños y de mi vida. Estoy tan cansada, estoy tan asustada.
Porque ahora mis noches son eternas, el sol ahora sólo es un recuerdo y la lluvia lo borra cuando cae.
Solía ser una santa en tiempos de odio, iluminaba el camino de los condenados y la luz era mi arma. Llegó el día de cambio y besé a la luz en despedida, los santos lloraron, pues un ángel había caído.
El cielo estaba en luto y yo perdí mis alas, mis ojos derramaron lágrimas de sangre. Y fui condenada por la luz e invitada por la noche.
Los búhos hicieron una especie de ritual para recibirme, cuando había terminado todos ellos estaban detrás de mí. Me recibieron, me enseñaron, había renacido.
Me fue otorgado un don... o tal vez un suplicio.
Me quedé atónito ante lo que dijo Eleana, no lo podía creer... pero antes de poder decir algo ella prosiguió:
- Tienen miedo a que seas tu quien corrompa la oscuridad que prevalece, y eres tu quien me hizo sentir y eres el único que me ha hecho llorar en mucho, mucho tiempo. Decidieron prohibirme verte, por que por medio de mi podrías descubrir la entrada a el don y encuentres la manera de destruirlo.
- Eleana, ¿de qué hablas? yo no voy a terminar con nada...
- Aún no lo sabes, pero tienes tanta luz adentro, es lo primero que me atrajo a ti.
- ¿Luz?
- De cualquier manera, tenía que verte una vez más, te vigilaré de cerca, pero me temo que no podré verte más.
- ¡Pero acabas de decir que te hice sentir! ¡No me dejes!
- Mi corazón late, pero esta muerto, podrá con el dolor que produce. Lo hago por ti. Espero que después lo entiendas.
Me quedé confundido y empecé a llorar... ella se levantó... pasó junto a mi, toco mi hombro y deslizo su mano a través de mi espalda... cuando dejé de sentirla no quise voltear... sólo escuché la puerta cerrarse.
Salí corriendo tras ella, pero no la alcancé, estando abajo escuchaba cantos de alegría por todos lados, escuchaba risas y sentía que la felicidad predominaba la noche, me irritaba tal ambiente... Grité, grité como nunca había gritado, lloré... estaba a mitad de la calle y nadie parecía verme.
Me tiré, boca abajo, sentía la nieve fría y las lágrimas escurrían por mis mejillas, no había nadie más en las calles... no sé cuanto tiempo estuve tirado ahí, enojado, la furia consumía mis entrañas, me sentía impotente, frustrado. Cuando de pronto escuché:
- "Alberich... ¡Levántate, es tu momento de brillar!"
Mis globos oculares se cegaron ante semejante luz... estaba envuelto en una luz blanca....
**El lamento, hace algunas citas de "a vampire's lament" de Atreyu.
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1 comentario:
I am the walking dead heartbreaker... siempre habia imaginado esas terribles palabras dichas por alguien muy enamorado(a)... es tenebroso e indiscutiblemente bello lo que escribes...mas, mas, mas!
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