jueves, 22 de enero de 2009

La Marcha Fúnebre de los Ángeles. Capítulo II: "... en la luz nerviosa."

Cada 2 ó 3 días aparecía Eon, donde menos lo esperaba. Me enseñaba desde técnicas de combate, hasta como controlar la luz mediante mi energía. Podía provocar un gran apagón y yo tener la luz en mis manos. Podía caminar por el sol y sentir como absorbía su calor. Podía brincar tan alto y mantenerme en el aire por varios segundos, casi volar. Podía con tan solo concentrarme provocarle a alguien más un desmayo, convulsiones, hasta la misma muerte.

Cada día que pasaba me hacía más fuerte, cada vez brillaba más. Y mientras más brillaba fui conociendo más de los míos, ¡más personas que tenían esa luz interna!

Y así pasaron semanas. El invierno esta por llegar a su fin, aunque el frío aún es fuerte y ha habido algunas tormentas de nieve, lo cuál es extraño, como si el invierno no quisiera irse, como si amenazara con quedarse.
Los vientos invernales siguen soplando, aún sollozan, aún tratan de decirnos algo. La noche de hoy nos cobija de manera extraña, sus nubes son rojizas, y la luna esta cubierta por ellas....

Hoy desperté tranquilo, estoy ejercitándome un poco, cuando Eon entró por la puerta de mi recámara. Su rostro se ve un poco perturbado.

-¿Qué pasa Eon?
-Ayer se derramó mucha sangre. Hubo un ataque de los decadentes.
-¿Cómo? ¿A quién?
-Atacaron a los nuestros Alberich, sus plegarias fueron silenciadas con sangre.
-¡Maldita Sea!
-Me temo que no estás a salvo aquí, porque tememos que hoy haya más ataques.
-¿Qué haremos?
-Iremos a algún punto donde nos reuniremos todos y traeremos la luz del sol a la noche para que nos proteja.

Salimos directo a un tipo de cuartel secreto. Afuera había muchos "iluminados" colocando faros y poderosas lámparas de luz UV que se mantendrían encendidas toda la noche.
Entramos, había un sentimiento de miedo y tristeza.
El atardecer estaba ya agonizando. Todos los iluminados entraron al cuartel. Eon hablaba, tratando de usar las palabras más suaves y reconfortantes.
Pues el sentimiento de incertidumbre vibraba en el máximo de su onda, atravez de las ventanas no podías ver mucho más que la luz del sol artificial que rodeaba el cuartel. Pero se sentían las presencias, ellos saben dónde estamos.

Mi corazón latía duro, pues sabía que afuera estaba Eleana, lo que aún no terminaba de comprender es como la luz UV nos protegería de ellos.

Si ponías atención el viento murmuraba y algunas aves aún cantaban, la vegetación nocturna despertaba, los grillos también entonaban, las luciérnagas hacían su danza de luz. Se escuchaban algunos búhos. La noche no es tan espeluznante... de hecho... creo que la noche y yo seguimos siendo amigos.

De pronto...

Todo estaba callado. También dentro de la casa. Fueron tal vez 20 segundos de silencio absoluto, podía escuchar mi corazón acelerarse, al igual que el de la persona que me acompañaba en el cuarto donde contemplaba la noche. Aunque creí estar solo, no me espantó, aunque ambos seguimos sin hablar. Y esperábamos ver que pasaría afuera.

Poco a poco se fue escuchando un aleteo, llegó hasta un árbol que estaba frente a la casa, con el reflejo de la luz, se veía perfecto, un búho majestuoso, empezó a hacer ese sonido... el canto del búho parecía ser un canto de guerra y parecía incitarla.
Entre los árboles se podían notar las siluetas de ellos, ellos que viven bajo la luna.
Se preparaban en silencio entre las sombras. Pasando desapercibidos a los ojos comunes.
Suspiré....

-Te sientes tan atraído por ellos... ¿verdad?
No contesté, no volteé la mirada.
-¿Por qué te llama tanto lo que tenga que ver con la oscuridad?
No volví a contestar. Pero ella se acercó, y se puso junto a mi a contemplar la noche.
Era rubia, su cabello brillaba, tan hermoso, tan reluciente. Su rostro angelical me dejó admirándola sin siquiera poder hablar, sus ojos verdes tan pacíficos, tan acogedores. En verdad, era hermosa.

-Creo que prefieres no hablar...
-... no, espera.... lo siento, me perdí.
-¡Oh! ¡Ha,Ha! ¡Pensé que no hablarías nunca! Tus pensamientos... ¡vaya que son profundos!
-Si, me fui por un momento, lo siento. ¿Cuál es tu nombre?
-Keira, y sé que tu eres Alberich ¿cierto?
-Si...

Era una plática tan inocente, tan bella y a la vez tan normal. Se sentía su calidez, su corazón latente, su corazón sincero. La sentía sin miedo a pesar de la situación. confiada y segura de sí misma.

-¿Ya me vas a responder por qué estás tan atraído a la noche?
-Tuve un contacto con ella...
-Entiendo... Pero creo que ya no es bueno, ni sano para ti que estés así.
-Lo sé, pero es inevitable sentir que viento me llama por las noches, es inevitable sentir que los búhos vienen hacia mi.
-Alberich... tú eres luz, todo tú eres luz... no necesitas más. Con tu luz atraes y reconfortas a todo aquel que este contigo. Eres un ser precioso.
-Gracias...
-Ven, vamos por un poco de leche con chocolate.

Estábamos sentados tomando el chocolate y platicando, cuando Eon entró corriendo y me dijo:

"Alberich, tienes que ver esto".

Me levanté, lo seguí, salimos, había una cantidad impresionante de búhos, nada más escuché a Keira hacer un gesto de impresión, cuando atravez de la luz UV la vi.
Eleana estaba después de la luz, en un punto donde no la tocaba.

Eon me dijo, que los búhos decían mi nombre.

Caminé hacia Eleana, Me detuve justo antes donde la luz terminaba. Y Eleana se paró justo donde la oscuridad empezaba.
Era una escena impresionante, la luz y la oscuridad parecían respetarse, había una línea divisoria. Noté que atrás de Eleana, había muchos más de ellos. Sólo la miré... Ella me miró.

-Eleana, ¿qué pasa?
-Alberich... dijo, con lágrimas en sus ojos. -Veo que seguiste tu luz, me hace feliz ver que estas bien.

-¿De qué hablas? ¡Me traicionaste! ¡Me dejaste!¡Todo lo fingiste, eres una mentira!
Rió como si lo que le estaba diciendo fuera ridículo y dijo: -No esperaba que lo notaras Alberich, pero en verdad yo te estaba haciendo mal y decidí terminarlo.

-¡Ay por favor! ¡No seas ridícula! Me heriste de la manera más vil, huiste. Creo que tu "manera de terminar el mal que me hacías" me hizo más daño de lo que me hubiera hecho si no te hubieras ido. Eleana... ¡Era Feliz!

-No te pongas así... Todo lo hice por ti.
En ese momento, Eleana trató de tocar mi rostro, ninguno de los 2 habíamos tratado de cruzar la línea marcada entre la luz y la oscuridad, su mano se quemó, pero aún así acarició un poco mi rostro, regresó rápidamente su mano, la quemadura era dura.
Sus ojos grises lloraban, su rostro era de dolor, y aunque en el momento que me acarició hubo una distorsión en la luz, me sentí tan vulnerable.
Ella gritaba del dolor, en ese momento sólo sentí como de la nada una ráfaga negra me golpeaba. Salí volando, estaba en el suelo herido.
Eon y Keira corrieron, y las ráfagas de viento negras nos atacaban, eran ellos a quienes la luna protege atacándonos.
Eon se volteó y empezó a atacarlos de nuevo con ráfagas de luz que salían de su cuerpo. y gritó:
-¡¡Keira!! ¡Llévate a Alberich de aquí! ¡Yo los detendré!
-¡Esta bien!

Keria y yo corríamos, bueno en realidad yo cojeaba, estaba muy lastimado.

Todo lo veía muy borroso y ciertas partes en cámara lenta, uno de esos fue cuando miré hacia atrás y vi a Eon caer, tras sufrir 3 ataques de 3 diferentes lados. Traté de gritar, no pude, Eon había caído, los faros de luces UV estaban siendo destruidos...
Ruidos, luces, ráfagas negras, gritos, alaridos.
Distorsión....
Cuando volví a mi mismo estábamos rodeados por ellos, Keira les gritaba "Aléjense decadentes".

En ese momento me incorporé, estaba colgado de la mano de Keira, me puse a su altura, la miré...
le sonreí...
Nos quedamos viendo por unos segundos en los que parecía no haber nada, ni nadie más.
Y nos besamos. Fue un beso tan cálido sin malicia, tan fuera de los sentimientos y emociones malas... que nos protegió.
Miré a nuestro alrededor y vi que nos rodeaba una luz y que ellos no la cruzaban, a los lejos vi a Eleana su mano parecía estar mejor, pero ella no, se veía mal, se veía abatida, se veía triste. Nuestra luz desapareció y caí de nuevo inconsciente.

En ese momento salieron algunos de los "nuestros" a rescatarnos. En ese mismo momento ellos se retiraron...

Recuperé conciencia a eso de las 11 de la mañana... Keira estaba junto a mi, sus ojos no la dejaban mentir, había estado llorando, pregunté por qué....

-Alberich, estuviste muchas horas inconsciente. Pensé que te perdería...
-No, no me perderás... no, aún no.
Me abrazó... pero no dejaba de llorar...
-Alberich... Eon murió....

1 comentario:

Anónimo dijo...

La intuición susurra la verdad: ¡No somos polvo, somos magia!."
 
                                                            Puente al Infinito, Richard Bach