Desperté, eran como las 11 de la mañana, me despertaron unas nauseas horrible, me levanté al escusado y vomité, salió de mi estómago un líquido negro. Después de eso me sentí mejor que nunca.
Decidí ir a preparar café, y en mi sala estaba Eon sentado. Ya no me sorprende, ni me cuestiono cómo carajos entra a mi casa.
Me senté frente a él.
Eon empezó a hablar:
-Alberich, esconde los pétalos, bajo las tablas del suelo de tu recámara se marchitarán sin falla alguna.
Pon a la gente que te ha amenazado en el ataúd que ellos mismos esculpieron y míralos perecer.
Es una bajada cuidadosa. Tan amable y tan pensativa...
Pero la única verdad, es el cambio, ten paciencia...
Cada cien años, llega un suspiro y después todo termina.
Si tan solo dura un minuto, al minuto termina.
Si tan solo un minuto...
Ten valor frente aquellos quienes tienen sus raíces en las ruinas y aún se levantan tan alto, a pesar de estar en decadencia.
Sólo el sonido de tu suspiro basta.
Un murmullo viene desde las ruinas, el eco vuela suavemente mientras las raíces se tornan en ramas.
Alberich... Tu suspiro terminará con los decadentes compañeros de los búhos.
Ésta es una guerra.
-Eon... creo entender el concepto de lo que has dicho, a pesar de ser tan metafórico... Pero... dicha guerra... ¿Qué tiene que ver conmigo, con Eleana, con los "decadentes"?
-Eleana es una "decadente". Así les llamamos a aquellos que decidieron vivir bajo el reinado de la luna. Nosotros en cambio vivimos bajo el sol.
-Descríbeme a los "decadentes".
-Son aquellos, que pasan desapercibidos, pero cuando los veas no puedes quitarles la vista de encima, la belleza de los "decadentes" es tan majestuosa, tan misteriosa... tan... oscura. Pero sólo aquel que esta tan cegado a la luz termina por verlos y tal vez convertirse en uno de ellos.
-¿Convertirse? Es decir que... ¿Puedes ser un "iluminado" y convertirte en un "decadente"?
-Eso sería traición.
-¿Traición?
-Sería negar el pacto que haz hecho con la luz.
-Yo no he hecho ningún pacto.
-Tu contacto con la oscuridad fue tal y tan doloroso, que la luz que aún quedaba libre en ti me llamó, y suplicaba ayuda.
-Eleana no me hizo ningún mal.
-Si lo hizo, a tal grado que aún piensas que ella estaba para ti. Cuando lo único que ella quería era apagar esa luz.
-No, tal vez mi pequeña flama la estaba iluminando a ella, y por eso huyó.
-Alberich, debes aprender que ellos harán todo por permanecer en la penumbra, y saben mejor que nosotros que el suspiro de la luz, viene desde la oscuridad. Por eso te encontraron primero.
-Pero entonces... ¿Todo el tiempo mintió? Todo lo que prometió, todo lo que juró sentir fue... ¿Para acabar conmigo?
-Sí Alberich...
-¡No! ¡No puede ser! ¡Ella lo sentía!
-Todo el tiempo mintió y te engañó, tu caíste ingenuamente en su juego. Ahora Alberich sabes la verdad y tu eres el elegido, tu flama interna es una hoguera, el dolor que te ha causado ha liberado tu fuego interior.
Es momento que brilles y que termines con la penumbra. Es momento que haya luz en la oscuridad.
Lo pensé un momento, la rabia y el odio hacia Eleana y los "decadentes" crecía en mi, así como mi llama interna.
Sólo quiero que esto se acabe. De modo que miré a Eon, seguro de mi mismo y le pregunté.
-Dime, ¿Qué hago para terminar con la oscuridad?
Eon sonrió macabramente....
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1 comentario:
Es muy valiente el espíritu del poeta. No cualquiera se atreve a expulsar del alma sus demonios y amores para regalarselos al mundo. No es fácil aceptar que llevas dentro de ti el don de la melancolía.
Que bello que aun quedan algunos que pueden creer aunque conozcan muy de cerca la obscuridad y sus placeres. Es bueno saber que no estamos solos en el mundo...
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