martes, 30 de diciembre de 2008

El Sonido del Viento. Capítulo VII: "La Luz en la Oscuridad"

-Alberich... levántate... Abre tus ojos y date cuenta. Caíste en el juego y tienes las de perder.
-... ¿Qué? ...
-Temía que esto sucediera, pero fuiste cegado...
-¿Cegado?...
-Perdiste la noción...
- La noción... noción de ¿qué?
-El miedo te consume, la tristeza brilla en tus ojos.
-En verdad, no sé de qué hablas.
-Yo soy la luz en la oscuridad, vine a levantarte y a no dejar que te consumas.
-¿A no dejar que me consuma?...

En ese momento abrí los ojos, desperté como en un sueño, del frío a lo estático...
Mis ventanas estaban abiertas... La nieve blanca destellaba, puse mis pies en el suelo frío, me asomé por la ventana y decidí dejar atrás lo sucedido. Si bien, aún no supero lo de Eleana pero estaré bien.

Puse a calentar café, es la primera vez en meses que me levanto temprano, son las 9:30 de la mañana.Tenía mi taza en la mano, tomé un sorbo de café...

-Contempla la luz ante tus ojos.

Me sobresalté, miré hacia atrás y estaba él. Un joven cálido de cabellera rubia larga, ojos azules, era una mirada tan reconfortante.

-¿Qué hay de tu deseo de vivir Alberich?
-¿Qué...?
-Sé que lo has perdido, sé también que hay oscuridad en tu inocencia.
-¿Quién eres?
-Ya te expliqué... soy la luz en la oscuridad, no te engañes.
-Mi deseo de vivir... aun respiro, hago lo que me gusta y lo que sueño.
-¿A eso llamas vivir? Sigues una rutina exhaustiva de cansancio y dolor, tus ojos reflejan más tristeza de lo que la luna cree saber de ti.
-Hay personas que creen en el suicidio, que deciden terminarlo todo, que piensan en salir de el dolor mediante la muerte, ¿por qué no les preguntas a esas personas qué hay de su deseo de vivir y me dejas en paz a mi?
-Esas son personas que hacen crecer la desdicha en ellos mismos, que se han entregado a un antifaz, y muestran lo que no son, por eso son miserables, no creen en la fe y la esperanza.
-¿Qué ha hecho la fe y la esperanza por la humanidad? ¡Nada! ¡Sólo provocan falsas ilusiones en la gente, creyendo en un bienestar que no llegará!
-Oh... Alberich, la fe y la esperanza no es creer en un destino que uno mismo debe forjar, la fe y la esperanza son más de lo que ves, significa salir por ti mismo y creer en lo que eres capaz de hacer... y por lo que tus ojos me cuentan, además de que te han visto llorar, es que tu ya no crees en nada, menos en ti mismo.
-¿Y por qué habría de? ¡Todo es una mentira, todo es falso, todo es efímero, aún la misma vida! ¿Qué deseo de vivir puedo tener si sé que todo llegará a su fin y que quedaré en el olvido y en lo más recóndito de un recuerdo de alguien que ahora sé que no me ama.
-¿Sabes que no te ama, sólo porque se alejó de ti para protegerte?
-Espera... ¿La conoces?
-La conozco más de lo que yo quisiera.
-¿De dónde, cómo puede ser?
-Ella no te iba a llevar a ningún lado más que a la oscuridad...
Cállate!
-Esta bien, sólo piensa lo que te he dicho...

En ese momento el salió de mi recámara, dirigiéndose a la puerta.

-¡Espera! ¿Cuál es tu nombre?
-Eon... volveré cuando sepa que has analizado todo lo que te he dicho.
-Eon...

Se fue, empecé a llorar, ¿será cierto que Eleana se fue para protegerme? ¿Protegerme de qué?
Me acosté... dormí hasta la noche, me levanté, subí a la azotea a contemplar a la luna y a platicar con ella.

¿Qué estará pasando Eleana ahorita?

Prendí un cigarro, mientras pensaba en todo lo que Eon me había dicho...

-La luna, brillante compañera y refugio, en ella encuentras alivio. ¿No es así?

Miré hacia atrás Eon estaba sentado con una sonrisa y un tulipán en su mano.

-Es verdad... ella nunca me falla, brilla todas las noches.
-La luna oculta muchos secretos...
-¿Si?¿Cómo cuales?
-Dime Alberich... ¿Alguna vez viste la cara de Eleana que no fuera bajo la luz de la luna?
-Si...
-¿No deslumbraba tanto verdad?
-Era más opaca, su mirada era temerosa.
-Dime... ¿Alguna vez la viste frente al sol?
-No, nunca estábamos a oscuras todo el tiempo.
-Es verdad, ella no tolera la luz.
-¿A qué quieres llegar con todo esto Eon?
-Mira, te traje un tulipán, es difícil que crezcan con el frío... pero este creció para ti, lo encontré frente a tu edificio, nadie más parece haberlo visto. Lo curioso es que junto a el no había ningún signo de vegetación... es extraño encontrar una flor tan bella a mitad del invierno.
-Y eso significa...
-La luz dentro de ti aún quiere brillar y el tulipán es una muestra de ello. Toma buen cuidado de él...

Tomé la flor, la contemplé... Volví a mirar hacia Eon, pero ya se había ido... Me espantó, ¿dónde podría estar? ¡Estamos en una azotea!
Corrí y me asomé hacia abajo pero no había nadie. Desapareció... ¡Diablos! Estoy alucinando...

Bajé, puse el tulipán en un florero que mi madre me dio en una visita, puse un poco de agua y lo puse en un lugar cálido. Decidí irme a dormir.

Dormí, desperté, no me levanté hasta que anocheció, me levanté y me quedé anonadado...
El tulipán estaba marchito... y una docena de dalias negras estaban a su alrededor.

lunes, 29 de diciembre de 2008

El Sonido del Viento. Capítulo VI: "Los Reflejos de la Oscuridad: El Lamento"

El Tiempo sigue pasando... Aún no sé nada de Eleana... Es tanta mi tristeza que se ha convertido en miedo, el miedo juega y me destroza y se termina convirtiendo en odio.

La luna brilla muy poco esta deprimida... El viento sopla... y solloza y sus lamentos son tan lastimeros...
El frío hace que sentir sea más difícil, la última nota que recibí de ella, no la comprendo, ¿A que se refería con que ella era la oscuridad y mi luz se apagaba? Le doy vueltas al asunto y no logro figurarlo, todo era perfecto.

¡¿Qué pasó?!

Salí a fumar, la noche ya esta puesta, y ataca con el viento y el frío, la nieve comienza a caer, veo pasar gente con espíritu de alegría y unidad. Demonios creo que es esa maldita noche del año. Aún es temprano 9:30 p.m... Subí, las ventanas estaban abiertas, y ella sentada en el comedor.
La vi, ella estaba de espaldas, no hice ningún sonido aunque supongo que mi gesto fue de sorpresa y alivio.

Estaba cabizbaja, la escena era sombría, su cabello cubría su cara, me senté frente a ella.
no podía ver sus ojos... tras un suspiro vi caer una lágrima.

- ¿Qué pasa?
- No debería estar aquí, tengo prohibido verte de nuevo.
- ¿Por qué, quién lo prohibe?
- Es sólo que si estoy contigo corres peligro-
- ¿Peligro de qué?
- Peligro de perderte en mi oscuridad... verás... yo soy...

La rompe corazones, coleccionista de ilusiones, coleccionista de amores, muerta por dentro, mis disculpas no me había presentado debidamente.
Deberías sentirte contento de que no sabes lo que es este sentimiento, es como estar atrapado 6 metros bajo tierra, sólo asfixiándote. Yo puedo ver, pero nadie me ve a mi.
Gritando desde esta prisión donde me encerré, lamento que sigo respirado y que volveré a....
La soledad es demasiado para mí, el olor, la atracción y el deseo de la piel me mantienen viva.

El miedo al romance.
El gozo de la pena.
El dolor de vivir.
La fuerza para no perdonarme.
El temor a mi propia oscuridad.

Dios no me pudo ayudar, en mis sueños los lobos me perseguían y me comían, se alimentaban de mis sueños y de mi vida. Estoy tan cansada, estoy tan asustada.
Porque ahora mis noches son eternas, el sol ahora sólo es un recuerdo y la lluvia lo borra cuando cae.

Solía ser una santa en tiempos de odio, iluminaba el camino de los condenados y la luz era mi arma. Llegó el día de cambio y besé a la luz en despedida, los santos lloraron, pues un ángel había caído.
El cielo estaba en luto y yo perdí mis alas, mis ojos derramaron lágrimas de sangre. Y fui condenada por la luz e invitada por la noche.

Los búhos hicieron una especie de ritual para recibirme, cuando había terminado todos ellos estaban detrás de mí. Me recibieron, me enseñaron, había renacido.
Me fue otorgado un don... o tal vez un suplicio.

Me quedé atónito ante lo que dijo Eleana, no lo podía creer... pero antes de poder decir algo ella prosiguió:

- Tienen miedo a que seas tu quien corrompa la oscuridad que prevalece, y eres tu quien me hizo sentir y eres el único que me ha hecho llorar en mucho, mucho tiempo. Decidieron prohibirme verte, por que por medio de mi podrías descubrir la entrada a el don y encuentres la manera de destruirlo.

- Eleana, ¿de qué hablas? yo no voy a terminar con nada...
- Aún no lo sabes, pero tienes tanta luz adentro, es lo primero que me atrajo a ti.
- ¿Luz?
- De cualquier manera, tenía que verte una vez más, te vigilaré de cerca, pero me temo que no podré verte más.
- ¡Pero acabas de decir que te hice sentir! ¡No me dejes!
- Mi corazón late, pero esta muerto, podrá con el dolor que produce. Lo hago por ti. Espero que después lo entiendas.

Me quedé confundido y empecé a llorar... ella se levantó... pasó junto a mi, toco mi hombro y deslizo su mano a través de mi espalda... cuando dejé de sentirla no quise voltear... sólo escuché la puerta cerrarse.

Salí corriendo tras ella, pero no la alcancé, estando abajo escuchaba cantos de alegría por todos lados, escuchaba risas y sentía que la felicidad predominaba la noche, me irritaba tal ambiente... Grité, grité como nunca había gritado, lloré... estaba a mitad de la calle y nadie parecía verme.

Me tiré, boca abajo, sentía la nieve fría y las lágrimas escurrían por mis mejillas, no había nadie más en las calles... no sé cuanto tiempo estuve tirado ahí, enojado, la furia consumía mis entrañas, me sentía impotente, frustrado. Cuando de pronto escuché:

- "Alberich... ¡Levántate, es tu momento de brillar!"
Mis globos oculares se cegaron ante semejante luz... estaba envuelto en una luz blanca....










**El lamento, hace algunas citas de "a vampire's lament" de Atreyu.

martes, 23 de diciembre de 2008

El Sonido del Viento. Capítulo V: "Melancolía: Soliloquio del Viento"

¿Estoy solo aquí? Llevo días sin ti y ya no hay noches donde pueda dormir hasta el día... o días donde pueda estar así.

Viniste así tan repentinamente, tu voz rompió el silencio en la oscuridad y te necesito aquí así como la noche necesita a la luna.

La noche es tan parte de mi que no diferencio entre lo que pienso y lo que digo, aún busco el significado y me pierdo en el silencio que volvió a crear esa sensación de otoño.
Aunque la estación cambió y el viento es aún más frío que antes, las nubes son más densas y la lluvia cae, y se convierte en nieve... y aún así, nada me importa si no estás.

Viniste así tan repentinamente, tu voz rompió el silencio en la oscuridad y te necesito aquí así como la noche necesita a la luna.
Viniste así tan repentinamente, tu voz rompió el silencio en la oscuridad y te necesito aquí así como la noche necesita a la lluvia.





**Este soliloquio fue inspirado en una canción llamada "The Ocean" de Mae.

martes, 16 de diciembre de 2008

El Sonido del Viento. Capítulo IV: "La Luna: Complice y Confidente"

El blanco invierno, o... ¿Tal ves gris? En realidad, sólo lo veo en las noches, mientras es de día me cuesta salir de la cama. Espero las noches con ansia, para verla brillar, salir al frío, abrigado con mi chamarra y mis guantes sin dedos, a fumar y contemplarla.
Mientras el viento sopla y hace marañas en mi cabello, la contemplo y le cuento, creo que ella lo sabe todo de mi, pues es verdad que es a la única a la que se le pueden confiar secretos.
La única capaz de responderme.

-¿Quién es ella?
-¿Por qué no la puedo sacar de mi cabeza?
-¿Qué demonios me....

En ese momento alguien se sentó junto a mi estaba en un escalón del pórtico del edificio junto al que yo vivo.
La miré... pero esta vez no me sorprendió verla.
-Eleana, ¿Quién eres?
-Soy la luz en la oscuridad... o la oscuridad en la luz.

Me tomó de la mano... su mano estaba helada, pero sus ojos eran cálidos y me miraba con ternura, esta vez sus ojos grises tan particulares brillaban, pero ya no eran grises, eran azules, aún así... eran tan atrayentes.
Platicábamos, reíamos, como si el tiempo no existiera. Por fin supe quien era ella, pero seguía manteniendo ese misterio tan atractivo, subimos a mi hogar, platicamos más, reímos, nos abrasábamos, la sentía, me sentía.
-No te vayas.
-No me iré.
-En verdad es bueno que estés aquí.
-Promete que no me dejarás.

"Promete que no me dejarás" no esperaba hacer una promesa tan pronto, pero estaba muy feliz, por fin estaba con ella.
Accedí e hice la promesa.

No hacíamos nada, dormíamos, reíamos, manteníamos mi recámara oscura y tibia. Era nuestro rincón donde compartíamos, deseos y promesas, recuerdos y sueños, amor y sensualidad.
"Es extraño, pero estoy enamorado."

Pasaron así días, noches, semanas.
Desperté hoy, Eleana no estaba... eran las 3:25 de la tarde. Supuse que estaría en algún lugar del departamento, pero no.
Llegó la noche, Eleana aún no aparece. Salí a fumar, un poco angustiado y miré a la luna, pude sentir su tristeza... o tal vez era la mía.

Estaba sentado en el pórtico donde suelo sentarme a fumar, pasó alguien, vestido totalmente de negro, con el gorro de su sudadera tapándole la cabeza... y la capucha hacía sombra en sus ojos...
"Aléjate de ella." dijo su voz femenina y me dio una sobre. Miré el sobre y cuando regresé la mirada ella ya no estaba.

Abrí el sobre, nervioso y temblando.
"Es verdad, la oscuridad atrae y te retiene, en este caso, soy yo la oscuridad en tu luz y se esta apagando.
Perdóname, pero no regresaré.
Te Amo.
E"
Me quedé frío... ¿Qué quería decir? ¿Qué demonios me... Empecé a llorar, caí al suelo, miré a la luna... y noté que lloraba...
-¡Le hice una promesa!
-¿¡Qué hago!?
-¡No me dejes!
-¡Vuelve!

El viento respondió con un susurro:
"Olvídala"

martes, 9 de diciembre de 2008

El Sonido del Viento. Capítulo III: "Deseo: Labios húmedos y juegos carnales"

Hoy desperté muy tarde, es viernes, así que saldré en la noche, tal ves un poco de exceso no me vendría mal. Acaban de abrir un bar nuevo, iré a ver qué tal...
Son ya las 11 de la noche, voy manejando un poco perdido en mis pensamientos ambígüos, la noche es más oscura de lo normal, y fría.
Me estacioné a unas cuadras del bar para poder fumar antes de entrar. Iba caminando hacia el bar con mi cigarro en la mano derecha. Miré las estrellas y la luna, su brillo era opaco, la noche cada ves era más densa.
Sentí 2 presencias, miré hacia atrás y vi a 2 jóvenes mirándome, hice caso omiso de ellos y seguí. Llegando al bar, vi entre la gente que esperaba para entrar a las 2 personas que había visto un par de cuadras atrás. Me sorprendió que hayan llegado más rápido que yo y que no me haya percatado que me pasaron. Descubrí que uno tenía tal vez la misma edad que yo 20 años. Y el otro, no era él, sino, ella. Ambos tenían un aspecto peculiar... eran muy pálidos, él: rubio, de ojos verdes casi grises, facciones muy finas, delgado, pero bien formado. Y ella: cabello castaño oscuro, ojos cafés como desteñidos, una figura que llamaría la atención de cualquiera.
En fin entré primero que ellos, saludé a gente conocida y amigos. Encontré a mi mejor amiga, Sofía. Le platiqué de lo distante que mi mente ha estado de mi cuerpo, y mencioné a la chica de ojos grises. Sofía se sobresaltó un poco y me dijo que era misteriosa la situación y más aún mi "sueño" en el cuál ella estaba frente a mi cama.
Pedimos algo de tomar, pedí vodka, el vodka es bueno para el frío y en verdad su sabor deleita mi paladar. Uno tras otro, tras otro... el frío pasó, la conciencia se desinhibe, el calor aumenta, el ritmo de la música te seduce y te dejas llevar.
Cuando fui por más vodka, la vi, la chica de los ojos grises en medio de la gente en la pista. Bailando... su baile me hipnotizó, sentí... sentí deseo.... sentí deseo, la deseaba a ella.
Me acerqué, pero una amiga de hace tiempo me distrajo, queriendo bailar, supongo que en sus interiores también tenía deseo. Me negué y seguí en busca de la chica de ojos grises. No la encontré.
De modo que regresé, me perdí en la música y su sensualidad, los moviemientos, bailaba con 2 chicas, una delante y otra detrás de mí. El rose de la piel, el sudor corriendo por sus cuerpos, los labios húmedos y los ojos cerrados en éxtasis.
Vi cerca de mi a los jóvenes extraños que estaban en la entrada, bailaban de una manera tan llamativa y sensual, pero parecía ser que yo era el único que los notaba, y que notaba la sensualidad de sus movimientos, noté que me miraban de reojo y que gozaban que los mirara, yo lo disfrutaba, sentía el placer que ellos sentían, mientras yo me dejaba llevar por la música y por las 2 chicas con las que bailaba.

De pronto sentí como me jalaban, puso sus brazos alrededor de mi cuello, era difícil respirar, Sólo la sentía a ella, un baile lento con una extraña. No sentíamos el sonido, más que de nuestros cuerpos en movimiento, sentí el peligro y en realidad no me importaba, sentí mi corazón latir tan rápido, jugábamos en la fantasía y el deseo.
Me dejé llevar en los movimientos de ella, cuando por fin la pude ver a los ojos, era ella, la chica de los ojos grises, bailando conmigo como si nadie más estuviera ahí... Mi corazón palpitaba, la adrenalina corría por mi cuerpo, el deseo crecía, necesitaba sentir sus labios. El baile seguía, cada vez más intenso... Cruzamos miradas... me perdí en sus ojos grises, que brillaban, me atrapaban... Cuando ella tomó la iniciativa, me besó, el beso más apasionado y sensual que jamás he dado, sus labios me llevaron al éxtasis, estaba perdido... me fue besando hasta llegar al cuello y me dijo al oído: "Eleana". Continuó besándome, yo no podía más, la deseaba, la quería... sus labios eran adictivos, perdí la noción del tiempo, su beso era... tan oscuro, tan atrayente, tan adictivo... volvió a besar mi cuello y en ese momento su alma me llevó al cielo, sentí un sentimiento tan confortante, tan...

Desperté en el suelo del bar, con Sofía tratando de despertarme, dándome aire con un abanico y mucha gente a mi alrededor. Me levanté lentamente... y cuando pude razonar pregunté rápidamente por ella... por... Eleana. Sofía me dijo que se había ido, que me quedé parado sin reaccionar por unos minutos y que luego caí.
Me consterné un poco, ¿Dónde estaba? ¡¿Por qué se fue?!
En fin, Sofía me dijo: -Te ves muy pálido, ¿te sientes bien?
-Si, si estoy bien... ya me voy, es tarde, ¿quieres que te lleve?
-Si, vamos...


Al subirme al coche me percaté que eran 6:38 de la mañana... Ya brillaban los primeros rayos del sol.
-¿Cuánto tiempo tiene que me desmayé?
-No más de media hora.
-¿Y que ella se fue?
-Poco más de la media hora.
Me sentía como con la presión baja, como si mi sangre fluyera muy lento...
Dejé a Sofía. En el camino a mi casa, no hacía más que pensar en ella, la chica misteriosa... aunque ya sabía su nombre, seguía siendo un misterio para mi.
No pensaba más que en el deseo que sentí por ella, bueno, lo seguía sintiendo, pero en el momento de sentir sus labios y su cuerpo contra el mío. Sus labios húmedos... sus juegos carnales... su piel tersa y pálida...

Abrí la puerta del garaje con el control, estacioné el auto. Subí al elevador, salí, saqué la llave, abrí... vi un sobre morado en el suelo, lo levanté, al abrirlo me quedé anonadado, decía:
"¿Deseos carnales?
El primer beso con la oscuridad.
E."

viernes, 5 de diciembre de 2008

El Sonido del Viento. Capítulo II: "El Sonido del viento"

Es verdad... Nadie cree, nadie confía.
Tenía pensado dar una larga caminata, es invierno, el sol ya se ocultó, aún queda un poco de luz, de modo que salí tal vez muy abrigado. La calle estaba casi vacía, pocas personas afuera, el cielo gris... frío.... mucho frío... y viento... el viento parecía murmurar... en algunos puntos parecía sollozar.
Encendí un cigarro, mientras lo fumaba seguía mi camino. El humo formaba siluetas en el aire, varias veces me han mencionado que tengo una manera peculiar de fumar, en verdad,me parece ridículo pero no me afecta.
Estando cerca de mi casa percibí una mirada, ahm era profunda y a la vez pesada, pesada al grado que decidí voltear. Ahí la vi por primera vez, una chica pálida de ojos grises, y cabello negro brillante, lacio, facciones finas. Delgada, y de estatura tendría un metro con setenta centímetros. Era... en realidad era hermosa.
De modo que cruzamos miradas, desde el principio supe que la volvería a ver, así que no le dije nada, sólo la miré. Ella bajó la mirada y el viento hacía volar su cabello lacio, su fleco le tapaba la cara con ayuda del viento, realmente era una imagen hipnotizante. Tiré el cigarro y miré hacia abajo para apagarlo con el pie, cuando regresé la mirada ella ya no estaba.

Regresando a mi hogar, preparé un poco de café, puse algo de música, un tema acústico... era confortante. El frío acechaba, el viento sollozaba cada vez más fuerte. La luna brillaba a la mitad. ¡Oh! mi fiel amiga, compañera de deseos, compañera de sueños, mi confidente. ¡Gracias por acompañarme de nuevo en esta fría noche!

Empezé a pensar en la chica de los ojos grises, en verdad había sido misteriosa su aparición y más aún su desaparición. El silencio de la luna me perturbó un poco, cómo si ya no confiara en mi, me decepcioné, cerré la ventana y la cortina, y decidí ir a dormir.

Eran las 4:25 de la mañana cuando abrí los ojos y la ví de nuevo, la chica de los ojos grises parada frente a mi cama sólo mirándome. Me exhalté, me incorporé rapidamente pero ella ya no estaba, la ventana estaba abierta, debí de alucinar, tal vez me dejó mas marcado de lo que pensé. Me levanté a cerrar la ventana y me volví a acostar, concilié el sueño rápidamente, pero en el proceso pensaba: "¿Quién eres chica misteriosa?".

miércoles, 3 de diciembre de 2008

El Sonido del Viento. Capítulo I: "La Bienvenida de la oscuridad"

El viento frío sopla. Y parece un murmullo... cómo si los ángeles me hablaran.
Algunas gotas de lluvia caen, pegan en la ventana y escurren en el vidrio. Parecieran lágrimas.

Sí, la tarde se marchita, mi café ya se enfrió y mi cigarro se consumió. Pensaba en llamarte, pero una vez más, preferí no hacerlo.

Desconecté los teléfonos, no quería saber de nadie. Más sin embargo entraban y seguían entrando las llamadas... No sé, no busqué una explicación, aunque sabía perfecto que no tenía sentido. Contesté, el sonido del teléfono me tenía harto.
"Ábreme" dijo la voz femenina.
Abrí la puerta, eras tu... quise ser expresivo, pero no pude, era un momento de apatía.

Entraste, caminaste, abriste la ventana, te asomaste... tu silencio era muy incómodo. Hasta que por fin, volteaste... tus ojos eran inexpresivos, pero en mi reflejaban perturbación.
Bajaste la mirada y susurraste: "Este es el sonido del viento... La marcha fúnebre de los ángeles... La bienvenida de la oscuridad..." volteaste de nuevo y dijiste: "SHHHH"