martes, 25 de agosto de 2009

La Marcha Fúnebre de los Ángeles. Capítulo XIII: "Eterna Oscuridad".

Caminé hasta llegar a mi casa, todo era borroso estaba a punto de caer inconsciente, tenga vagos recuerdo de el camino, recuerdo abrir la puerta de mi departamento, entrar directo al baño a remojar mi cara, salir camino a mi cama, recuerdo perfecto ver a Eleana esperándome, me senté junto a ella, mientras mi cuerpo sucumbía, ella dijo algo como que por fin lo había logrado, y que estaría en paz, o algo así. Me dijo que ella no me buscaría hasta que yo la llamara... Sólo recuerdo caer y perder consciencia.













Ha pasado un largo tiempo, estoy tranquilo, todo ha estado bien...











Hoy desperté, el ambiente se siente extraño, algo cambió... me levanté, me vestí y subí a la azotea. Estaba cerca de oscurecer, la tarde era rojiza, el viento era frío y punzo cortante, era difícil respirar de tan frío que era.
Bajé de regreso a mi casa. Prendí la calefacción y me senté en el sofá, sigo agotado, de modo que me acomodé y pronto volví a dormir.
Empecé a soñar conmigo mismo cayendo a un hoyo blanco, pero justo antes de caer todo se convertía en negro, después todo giraba entorno a los ojos de Eleana hasta quedar sumergido en su pupila.

Desperté sudando frío, en estos meses he estado pensando en Eleana, he querido llamarla, pero algo me lo impide, no sé, eso ha sido día tras día durante meses... Ya es de mañana, me bañé, hice todo lo que tenía que hacer, regresé por la tarde a mi casa, estaba muy nublado y oscuro, aunque aún faltan un par de horas para que anochezca. La tarde se siente melancólica, pues sus árboles lloran y su cielo se esconde, el viento acaricia a los árboles de manera de consuelo, pero ellos sólo hacen movimientos circulares.

Las nubes forman figuras espectrales perdidas en sus pequeñas gotas. Y la luna, ¡Oh! hermosa mía, no podrás brillar con tantas nubes cubriendo el cielo!
Preparé un café, y abrí mi cuaderno para escribir, encendí un cigarro le dí un par de fumadas y lo puse en el cenicero, me distraje varios minutos pensando en mis sueños. Nunca llegué a nada coherente, aunque esa vibra extraña seguía viniendo.

Mientras el viento frío soplaba. Y parece un murmullo... cómo si los ángeles me hablaran.
Algunas gotas de lluvia caen, pegan en la ventana y escurren en el vidrio. Parecieran lágrimas.

Sí, la tarde se marchita, mi café ya se enfrió y mi cigarro se consumió. Pensaba en llamarte, pero una vez más, preferí no hacerlo. No, No de nuevo.

Desconecté los teléfonos, no quería saber de nadie. Te sentía cada vez más cerca, por lo menos presentía la llamada. Sin embargo, entraban y seguían entrando las llamadas... No sé, no busqué una explicación, aunque sabía perfecto que no tenía sentido. De modo que lo dudé, me senté viendo al teléfono. Lo tomé cuando volvió a sonar... Contesté, por fin me harté del timbre del teléfono.
-Ábreme.- Dijiste.
Abrí la puerta, eras tú... Quise ser expresivo, pero no pude, era un momento de confusión. ¿Por qué viniste si no te llamé?

Entraste, caminaste, abriste la ventana, te asomaste... tu silencio era muy incómodo. Me estás asustando.
Hasta que por fin... Volteaste... tus ojos eran inexpresivos, pero en mi reflejaban perturbación.
Bajaste la mirada y susurraste: "Este es el sonido del viento... La marcha fúnebre de los ángeles... La bienvenida de la oscuridad..." volteaste de nuevo y dijiste: "
SHHHH... Alberich, *Ilumina esta eterna oscuridad...
lentamente la luz brilla en ti, las puertas de gracia para ti y para mí...

Engaña a tu inquieto corazón...

Siente la pequeña llama parpadeante, que consume a la noche para alumbrarte el camino del miedo al que te aferraste.
Pero ahora, sabes a donde perteneces, léjos de sus dioses que curan todas las heridas e iluminan nuestra eterna oscuridad.

Solitaria la llama brilla en ti, alumbrando las tumbas de fuego, alimentando tu corazón.
Débil fue la línea de luz que te mantuvo lejos de la crueldad y de la ternura encerrada. Salvando tu alma, nunca más.

Ahora sabes a donde perteneces... jos de sus dioses que curan todas las heridas e iluminan esta eterna oscuridad...
que brilla en ti y somete a tu ardiente corazón...
que entierra mi verdad justo en tus brazos...
que alaba la tumba de nuestro desolado amor...
que cura todas las heridas...
e ilumina esta eterna oscuridad...

Bienvenido Su Oscura Majestad.

























*Gracias a HIM, por su hermosa inspiración, utilicé "Endless Dark" para el final (si es que le puedo llamar final), creo que fue lo más apropiado. Gracias a todos por leer. Aprecio mucho que lo hayan hecho.

con Cariño.
Bennet-ash eta.

P.S. Si alguien desea dejar alguna respuesta, con gusto la publicaré en un archivo que llamaré "Cofre de Secretos".
De modo que porfavor, haganme saber si desean que la publique poniendo un ? en el título del comentario. Y por favor sólo publicaré los comentarios de este capítulo.

1 comentario:

Mineshhh dijo...

¿un amor fugaz raro a decir verdad...
fuego y hielo,luz y oscuridad..
no podra vivr sin luz, no podra existir son oscuridad...puedo ser el bien puedo ser el mal.
tu aquel que dices no sin conocer, aquel que jusga sin saber...dejate llevar por tu ser y trata de entender y conocer...
la luz se compone por paz y tranquilidad,pero la oscuridad tiene distintos matices de nostalgia,amor y miedo juntos...
la oscuridad nunca sera la ausencia del color,si no la union de ellos...